No sabes cómo quema la cuidad bajo la piel. Te oprime las costillas, los pulmones son fuego y las paredes se derriten. Amor y odio en las entrañas, muy dentro, siempre grabado, incandescente. Nace y muere en mí, con el cerebro atontado de tanto humo y la cabeza a punto de estallar.
Palabras obsesivas para no dormir, canciones sin melodía para soñar.
Mary Díaz